miércoles, 24 de junio de 2009

Quema esos guantes!!!

Errores propios, desconcierto y, fundamentalmente muchas dudas en todas las líneas derivaron en la segunda derrota en fila para el conjunto de Noche de Gordas en la Zona Permanencia.
Fue 4 a 1 frente a un rival accesible que solo aprovecho nuestro desafortunado presente para llevarse un justo triunfo.

Las lesiones y las ausencias de varios integrantes complican el panorama todas las fechas. Esta vez, Espil estuvo en el arco y Matías como único punta. Una breve síntesis del momento que vive Gordas.

El partido arranco con Mermelada de Perlas manejando la pelota y haciéndola transitar lentamente por los laterales. Poco a poco esa tenencia de balón se hizo notar y el rival empezó a progresar en el terreno generando las primeras situaciones de riesgo. Por eso no fue sorpresa cuando tras un rápido desborde por derecha lograron abrir el marcador.

Iban 15 minutos. Recién, en ese instante Gordas empezó a jugar seriamente el encuentro. Se adelanto Marcelo unos metros y Diego comenzó a tocar para los costados. Los equipos intercambiaron roles protagónicos y el empate llego rápidamente tras un remate de media distancia.

El predominio continuo hasta el final de primer tiempo y el futuro presagiaba un buen desenlace. Pero no. Nada más errado. Sucedió todo lo contrario.
En menos de un minuto Mermelada se había adelantado nuevamente en el tanteador aprovechando la siesta del equipo tras el descanso de medio tiempo. Cinco minutos más tarde, Tute se fue expulsado por segunda amarilla tras cortar un contragolpe. Lo que vino después es digno del mejor cine clase B.

Con el orgullo herido y con tiempo para revertir la situación Gordas salio a matar o morir. Mucha garra y corazón mantuvieron el resultado en vilo hasta faltando escasos minutos para el final. Y cuando pocos creían el empate estuvo a nuestro alcance pero la firme mano del arquero fue más que el fuerte derechazo de Diego, desde el punto penal. Una pena.
Para aumentar la mala fortuna, en la jugada siguiente, no solo llego el tercer gol rival sino que Espil se lesiono el dedo y debió retirarse dejando al equipo con dos jugadores menos. Ese gol fue como un pitazo final ficticio del árbitro. No se podía hacer mucho mas, solo esperar el verdadero silbatazo.

La historia se repite y la crisis se agudiza. El equipo no aparece y los resultados tampoco. Estamos a mitad de camino y depende absolutamente de nosotros hacer el esfuerzo necesario para terminar en forma digna nuestro debut en la Primera División. Para lograr el objetivo, debemos volver a ser un equipo y no ocho jugadores que salen a la cancha.

Hernán.

martes, 16 de junio de 2009

La puta madre...

…que lo parió!! Han pasado varias horas tras la derrota sufrida el viernes y aun las causas no son suficientes para saciar la insatisfacción y frustración generadas por la misma. Bronca, decepción e impotencia son los sentimientos que encabezan la lista a la hora de repasar las alternativas del juego.

El resultado final fue 4 a 3, pero fue mucho más que eso. Fue nunca haberle encontrado la vuelta al partido. Fue nunca haber puesto lo que había que poner. Fue nunca jugar a la altura de la circunstancia. Fue siempre viento en contra y en subida.

Nunca fue nuestro el trámite del partido. Se corrió mucho sin pelota. Se malgastaron energías tirando pelotazos a nadie. Se agrando al rival dudando en cada pelota dividida. Se dieron muchas ventajas atrás y fuimos poco efectivos arriba. Nada resulto favorable.

De movida, el adversario mostró sus pocos -pero suficientes- argumentos para llegar al arco de Gordas. El plan era sencillo: no complicarse en el fondo, salir por los costados de ser posible, caso contrario, revoleo al nueve para que la aguante y gire.
Tan simple como práctico resulto la estrategia rival. Y nosotros hicimos todo lo posible para que el modelo rozara la perfección.

Lo Parió estuvo siempre en ventaja en el marcador y todo el tiempo se sintieron mas cómodos con el desarrollo del partido. De todas formas, Gordas ejerció una sostenida presión y contó con una innumerable cantidad de tiros libres cerca del área con posibilidad de tiros francos al arco. Sin embargo, no era el día indicado. A pesar de las chances concretas que aparecían, el empate se veía lejano y la victoria un imaginario.

El partido con Quesada había planteado un panorama alentador, sin embargo, tres días mas tarde el horizonte se oscureció de golpe. Se confirmo parte de la sospecha: no se encuentra el equipo. Las ausencias se notan tanto como la rotación constante de jugadores. Y el viernes se pago un precio muy alto. El invicto y la idea de llegar a la punta se desvanecieron en menos minutos. Ahora, hay que levantarse y pelear cada una de las finales que restan para que cuando concluya el viaje, esta derrota, solo sea una anécdota mas entre tantas otras.

Hernán.


Noche de Gordas: Fer Moroni. Gato, Tute y Dario. Facu(1), Marce y Hernán(1). Palle

jueves, 11 de junio de 2009

Goleada para seguir creciendo

El partido diputado el martes resulto mucho más difícil y trabajoso de lo que el resultado final indica. A pesar del 5 a 1, el encuentro tuvo diferentes matices que calentaron la gélida noche de Núñez en forma constante.

Tanto Quesada como Gordas se mostraron predispuestos a salir a atacar y lastimar en el arco contrario desde el minuto cero. De un lado y otro, no había animo para guardarse nada. Sin embargo, dos cuestiones muy marcadas y claras diferenciaron siempre un equipo de otro: solidez defensiva y eficacia en ataque.

Cada vez que Noche de Gordas cruzaba la mitad de cancha, Quesada sufría seriamente. Una llegada… un gol. Dos llegadas… otro gol. Tres llegadas… Mediante el toque corto, pelotazo largo, desborde por afuera o gambeta por adentro las situaciones de peligro no cesaban. Era cuestión de proponérselo solamente.

En cambio, cada vez que Quesada atacaba se frustraba. Si no era Mati quien despejaba el peligro desde el arco, los delanteros rivales chocaban con la muralla defensiva formada por Mariano, Tute y Poli. Impenetrables todo el partido.

Todos los miembros del conjunto captaron el mensaje y entendieron perfectamente lo que pedía el partido. Se disputaban todas las pelotas a muerte. Como si fueran las últimas. Como si no hubiera revancha. Ni siquiera la lesión sufrida por nuestro arquero, promediando el primer tiempo desvío la atención del juego. Marcelo, ingreso en su lugar, y cumplió una tarea sobresaliente bajo los tres palos. Entonces, el equipo continuo yendo al frente por más. Cuatro a cero y, finalmente, el descanso. No se podía pedir mas ni mejor.

El complemento, resulto mucho mas trabado e intenso. El equipo rojo tenia la pelota y no conseguía descontar. Los minutos pasaban y la desesperación aumentaba. Patadas, tarjetas, agarrones y revolcones condimentaron el picante segundo tiempo. Todo era cuestión de que pasaran los minutos. La cosa estaba juzgada. De todas formas, llego el descuento y más tarde una perlita de Palle con definición exquisita para adornar el marcador final.

En resumen, la victoria confirma la buena racha que vive el equipo dejando dos sensaciones tan ciertas como distantes una de otra: por un lado, aun, no se encuentra un equipo definitivo y, por otro, siempre aparecen variantes para sobrellevar las distintas circunstancias. El viernes próximo será el momento de ratificar o retirar todo los dicho. Porque la única verdad del futbol es el presente.

Hernán

PD: pronta recuperación Matías!!