viernes, 10 de julio de 2009

El punto de la bronca

El partido y, obviamente, el empate final obligan a considerar distintas variantes y aristas para desarrollar un análisis completo. Porque el rival era el puntero. Porque era un cotejo bisagra. Porque estuvimos siempre arriba en el marcador. Por el desarrollo mismo del tramite de juego. Y porque la igualdad llego en el ultimo suspiro.

Vamos por partes. De entrada, jugar contra el líder de la tabla de posiciones es siempre una motivación extra aunque un desafío sumamente difícil. Sin embargo, Gordas se acomodo al partido rápidamente y mostro sobrados motivos para que su rival entendiera claramente que no iba a ser una noche fácil.

Mucha solidez defensiva y un criterioso manejo del balón en ataque, hicieron que Tuki y a la bolsa retrocediera contra su propio arco y nunca pudiera establecer su juego de toque y búsqueda permanente. Condiciones propicias para que promediando el primer tiempo y tras una gran asistencia de Tute –quien se había sumado sorpresivamente al ataque- Gordas lograra romper el cero y celebrar el primer tanto de la noche.

A partir de ese momento, el encuentro fue dramático. Tuki intento siempre, por todos los medios posibles, llegar al empate. Sin embargo, el palo, Matito o la oportuna intervención de alguno de los defensores lo impedía. Al mismo tiempo, los espacios que dejaba el líder en el fondo mas la rapidez y habilidad de Juan hacían pensar en que también podía llegar el segundo gol en cualquier momento.

Se fue la etapa inicial y al reanudar las acciones, Tuki salio con todo. Con mucha presión y buen juego lograron acorralar a Gordas dentro de su propia área. No sobraban las llegadas claras ni las jugadas de riesgo pero la cancha estaba netamente inclinada a favor de líder del torneo. De todas formas, los minutos pasaban y el tanteador no se movía. Los nervios y la ansiedad crecían. El juego se puso brusco, violento por momentos y sumamente trabado.

Quedaban cinco minutos finales. Parecía que se concretaba el batacazo cuando tras una grosera equivocación del arquero, Gordas insólitamente perdió la chance de ampliar y sentenciar el triunfo. Un minuto más tarde, Tuki aprovecho una falta cerca del área para alcanzar el merecido empate y hacer explotar –al mismo tiempo- la bronca de un lado y la alegría de otro.

El empate fue justo. Eso no se discute. Esta fuera del ámbito del debate. A propósito, recuerdo una frase de Marcelo antes de comenzar el partido: “Estos no nos pueden ganar nunca”. Acertó!!. Pero te pueden empatar en el último minuto y dejarte tan caliente como si hubieras perdido.

Hernán.

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